El amor es real y quizá más fácil de explicar que el propio viento, que lo sentimos y no lo vemos. El único problema es distinguir lo que siento: atracción sexual, pasión, enamoramiento. El amor necesita tiempo y perseverancia. En los peores náufragos de la vida sabrás quién realmente te quiere; a los que han abandonado el barco antes del tiempo, que sepas que no era amor.
No sé si eres creyente, pero hoy este versículo bíblico tiene mucho sentido en mi vida:
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso, ni jactancioso, ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor te enseña el camino del perdón, te haces mirar la vida de otra manera, en la que nadie es blanco o negro, también hay otros colores por descubrir. Según como esté tu estado de ánimo, el mundo será un excremento o quizá un oasis. Describir amor cuan- do nunca has amado es imposible, porque según la falsa creencia que te han enseñado, pensarás que ama cuando no es verdad.
Amor es respeto, fidelidad, constancia, entrega, tristeza, amar y mirar desde nuestra propia ventana interior que tengo cosas en mí que debo cambiar, y que no importa la edad que tengas: aún hay esperanza.
En mí país decimos que lo único que no hay esperanza en esta vida es en la muerte y que mientras estemos vivos debemos intentarlo, no importando cuantas veces yo fracase.
Imagina que, si un científico que busca la cura para la enfermedad, si abandonara en el primer fracaso, la humanidad entonces estaría en extinción.
¿Qué es una ventana para ti? Yo puedo mirar el mundo exterior por las ventanas y desde la ventana darme cuenta de muchas cosas; así debes ser tu experiencia de vida, mirando cada día desde su ventana interior.
Si no crees en el amor, entonces significa que has desistido de lo más bello que la vida nos ha proporcionado: amar y ser amados.