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¿Cuánto vale tu palabra? 

¿Alguna vez te has puesto a pensar cuál es la herramienta más poderosa que tenemos los seres humanos? . ¿Cuál será, entonces, la herramienta más poderosa que tenemos los seres humanos que nos diferencia del resto de los animales? Y la herramienta más poderosa que tenemos es el lenguaje, la comunicación. 

El lenguaje y la comunicación, entonces, nos remite a lo más simple y a lo más sencillo que será la palabra. Ahora yo te pregunto, ¿cuánto vale tu palabra? Tu palabra vale más que tu nombre, que tu apellido, que tus posesiones, que tu chequera. Tu palabra te antecede y te precede. Y eso, entonces, nos lleva a pensar y a reflexionar si cumplimos con nuestra palabra y usualmente no lo hacemos. 

Te quiero decir que el reclamo número uno del mundo es el incumplimiento de acuerdos y compromisos. ¿Y esto qué es? El incumplimiento de la palabra. Si quedamos de vernos a las ocho es a las ocho, no las ocho y cinco, no a las ocho y media. Si quedaste de pagarme este viernes es este viernes, no la próxima semana o dentro de un mes. 

¿Hay personas en las que confías? Trae a tu mente el nombre de una persona en la que confías. ¿Confías en esa persona porque infieres que es una persona honesta? Seguramente sí, es una persona honesta y, entonces, ¿es honesta porque infieres que es una persona responsable? Y sí, seguramente es una persona responsable y si es una persona responsable, entonces infieres que es una persona que cumple con sus compromisos, alguien que cumple con su palabra. 

¿Qué es un compromiso? Compromiso viene de con promesa. ¿Qué es una promesa? Di mi palabra. Entonces, una promesa tiene que ver con que, implica que dimos nuestra palabra y eso se convierte en un compromiso y cuando doy mi palabra y el otro la acepta, entonces, se establece un acuerdo. Si nos fuéramos al ciclo extendido del compromiso, una de las cosas que vemos constantemente es que no establecemos propiamente acuerdos y compromisos con las personas que nos rodean y lo vamos a ver muy rápidamente. Una persona pide algo o le pide a alguien que lo rodea, a tres o cuatro personas, quién lo puedo ayudar y, entonces, hay un pedido o hay una oferta. 

Le pides algo a alguien o alguien se ofrece a ayudarte. Inmediatamente, lo que necesitamos definir es cuáles son las condiciones de satisfacción. ¿Y esto qué significa? ¿Cuál es la evidencia? Necesito que me entregues un reporte, pero doy las especificaciones del reporte. Requiero un reporte mínimo de ocho páginas que venga engargolado,que venga encarpetado, con letra Arial tamaño 12. Porque si pides un reporte y mañana te llegan con media hoja escrita a mano, no fuiste claro, no dijiste cuál era la evidencia, cuáles eran las especificaciones. 

Entonces, cuando hablo de las evidencias, también requiero hablar de la fecha y la hora. Para cuándo me lo tienes? «te lo tengo para el viernes», no, el viernes lo tengo que entregar, lo necesito el jueves, «Ok, te lo tengo el jueves». Perfecto ¿a qué hora? «Por la tarde». No, la tarde tiene muchas horas, necesito que me digas a qué hora. «Bueno, pues es igual». No, no es igual. ¿El jueves a qué hora? «Pues el jueves a las cinco de la tarde». 

Ok, te aviso, no te voy a estar preguntando a cada rato cada vez que te vea cómo vas, yo confío en ti y yo sé que el jueves a las cinco de la tarde me lo vas a entregar. Anótalo en tu agenda, yo lo anoto en mi agenda y aquí te espero el jueves a las cinco. Y luego, lo que sigue se llama «Consecuencias ante el incumplimiento». Y, ¿eso qué es? No es amenazar, pero sí es poner límites. 

¿Cuántas personas conoces que incumplen, e incumplen, e incumplen y nadie les pone un límite? Entonces tiene que haber consecuencias ante el incumplimiento, tiene que haber un límite.  Nosotros muchas veces lo que armamos es algo que decimos «La regla de los tres strikes». Cuando llegaron al tercer strike, ese fue el límite, adiós y se aplican las consecuencias. 

Por el otro lado, cuando una persona da su palabra, es muy fácil decir sí o no. Declarar sí o no, eso no es importante, esas declaraciones cualquiera las puede hacer. Lo que verdaderamente vale es que cuando das tu palabra y dices sí o dices no es que tengas el poder para sostener esa declaración. 

Dije sí y tengo el poder. Dije no y tengo el poder. Y cuando digo sí y cumplo o cuando digo no y cumplo, entonces, estoy cumpliendo con mis acuerdos y a esto le llamamos el ciclo completo del compromiso.