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El poder del pensamiento divergente

¿Alguna vez te has sentido como si tu mente fuera un torbellino de ideas, saltando de una cosa a otra sin parar? ¿Como si tu cerebro fuera un laberinto lleno de posibilidades, en lugar de un camino recto y aburrido? ¡Pues eso, amigo mío, es el pensamiento divergente en todo su esplendor!

En pocas palabras, el pensamiento divergente es esa habilidad mágica que nos permite ver un problema y, en lugar de buscar la solución obvia, lanzarnos a explorar un millón de opciones diferentes. Es como si, en lugar de seguir el camino marcado en el mapa, decidiéramos adentrarnos en la jungla y descubrir nuevos senderos, tesoros escondidos y criaturas fascinantes.

¿Y por qué es tan importante este rollo del pensamiento divergente? Pues porque vivimos en un mundo que cambia más rápido que un camaleón en una tienda de pinturas. Los problemas que enfrentamos hoy en día son cada vez más complejos y requieren soluciones creativas e innovadoras. Y ahí es donde entra en juego nuestro amigo, el pensamiento divergente, dándonos esa flexibilidad mental para adaptarnos a lo inesperado y encontrar oportunidades donde otros solo ven obstáculos.

¿Y qué lo diferencia del pensamiento repetitivo? ¡Buena pregunta! El pensamiento repetitivo es como ese disco rayado que se queda atascado en la misma canción una y otra vez. Es esa voz en tu cabeza que te dice»»siempre se ha hecho así“” o “”no hay otra manera“”. Es cómodo, sí, pero también nos limita y nos impide crecer. El pensamiento repetitivo causa agotamiento mental, ansiedad y estrés, atrapándonos en un ciclo de pensamientos improductivos.

Reconozco que pocas personas desarrollan estas habilidades, debido a la rigidez mental y la superficialidad que confunde el pensamiento crítico con prejuicios. Las personas emotivas enfrentan mayor dificultad en el pensamiento divergente, al entremezclarse diversos razonamientos. La intensidad emocional puede influir en nuestra capacidad de pensar de manera creativa y flexible. Cuando las emociones se entrelazan con nuestros razonamientos, puede resultar más difícil explorar múltiples soluciones y perspectivas, lo que a su vez puede afectar nuestra habilidad para encontrar soluciones innovadoras y resolver problemas de manera efectiva.

La filosofía, aunque atractiva, puede ser un desafío para quienes luchan con sus emociones. En lugar de brindar claridad, el cuestionamiento filosófico puede generar más incertidumbre en una mente emocionalmente vulnerable. Para aquellos con baja autoestima, la búsqueda de respuestas puede convertirse en un obstáculo, ya que se enfocan más en los problemas que en las soluciones.

El lado oscuro de las emociones

Aunque solemos asociar las emociones con la creatividad, la realidad es que también pueden jugar en nuestra contra.

  • Las emociones como filtro: Nuestras emociones pueden actuar como un lente que distorsiona nuestra percepción de la realidad. Cuando estamos dominados por emociones intensas, como la ira o el miedo, tendemos a enfocarnos en lo que confirma o alivia nuestro estado emocional, limitando nuestra capacidad de ver otras perspectivas o soluciones.
  • La rigidez emocional: El pensamiento divergente, ese que nos permite generar ideas innovadoras y originales, requiere flexibilidad mental. Sin embargo, las emociones fuertes pueden anclarnos a patrones de pensamiento familiares, dificultando la exploración de nuevas posibilidades.
  • La razón nublada: Aunque la creatividad tiene un componente emocional, también necesitamos la razón para evaluar y seleccionar las ideas más prometedoras. Las emociones intensas pueden nublar nuestro juicio y dificultar una evaluación objetiva.

El poder de las emociones

Pero no todo es negativo. Las emociones también pueden ser nuestras aliadas en el camino hacia la creatividad.

La inteligencia emocional al rescate: Aprender a reconocer y gestionar nuestras emociones es clave para que no nos controlen, sino que trabajen a nuestro favor. La inteligencia emocional nos permite aprovechar el poder de las emociones sin dejarnos llevar por ellas.

La chispa de la inspiración: Emociones como la pasión, la curiosidad y el entusiasmo pueden ser una fuente inagotable de motivación e inspiración. Nos impulsan a explorar, a cuestionar y a buscar nuevas soluciones.

La diversidad emocional: No todas las emociones son iguales. Algunas, como la alegría o la sorpresa, pueden incluso facilitar la apertura mental y la flexibilidad, favoreciendo el pensamiento divergente.



























1 comentario en “El poder del pensamiento divergente”

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