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Idealización del Yo y del objeto

Alguna vez te ha pasado que conoces a alguien y, de repente, empieza a cuestionar tu forma de ser, ¿cómo hablas, ¿cómo te vistes, etc.? Sientes que estás bajo la lupa de su juicio. Esta dinámica se relaciona con la idealización del yo y del objeto, un mecanismo psicológico inconsciente.

¿Qué significa idealizar?

Idealizar implica construir una imagen de nosotros mismos y de los demás que a menudo no se corresponde con la realidad. Esta imagen idealizada funciona como un molde con el que medimos y juzgamos todo, incluyendo a las personas con las que interactuamos. Muchas personas que idealizan tienen una imagen ficticia de cómo debería ser quien se relaciona con ellas; es decir, proyectan su “yo” en los demás, buscando en ellos cómo deberían ser.

Esa actitud de seleccionar a los demás con base en una imagen preconcebida y dudar de quienes no encajan en sus expectativas resulta agotadora y, francamente, bastante arrogante.

Es como si se creyeran poseedores de la verdad absoluta, con derecho a juzgar a los demás y a decidir quién “merece” su atención. Ese “disfraz de saberlo, todo” que esconde es mediocridad, es una fachada que muchos utilizan para ocultar sus propias inseguridades.

En el fondo, esa necesidad de control y de imponer su visión del mundo refleja una profunda falta de confianza en sí mismos. Se aferran a una imagen idealizada, tanto de ellos mismos como de quienes les rodean, y cualquier desviación de esa imagen les genera incomodidad y rechazo.

Tenga en cuenta que estos tipos de personas, cuando ves que tú no eres fácil de ser manipulado, buscarán la manera de denigrar su imagen con falsas historias que no son reales.

¿Cómo superar la idealización?

La clave para superar la idealización reside en el autoconocimiento y la autonomía. Acepta tus imperfecciones y limitaciones, reconociendo tu valor intrínseco. No permitas que nadie dicte tu camino ni te defina. Cultiva la flexibilidad mental y desafía los estigmas que te limitan.

Es posible que experiencias en la infancia, como críticas duras de personas cercanas, hayan sembrado semillas de inseguridad en tu adultez. Rompe con esas cadenas mentales que te hacen creer que no eres «suficientemente bueno».

Al liberarte de la tiranía de la idealización, desarrollarás la resiliencia necesaria para afrontar la frustración y las críticas sin que te afecten profundamente.

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