¿Por qué la mayoría de las personas culpan a la vida de sus desgracias y desilusiones, como si la vida fuera tan cabrona? La verdad es que creo que la vida no es tan injusta como nosotros creemos, porque siempre nos da otra oportunidad de volver a empezar. Muchas veces trabamos luchas internas y, con ellas, proyectamos en las demás personas nuestras frustraciones y miedos; así nos autosaboteamos. Hacer las paces con nosotros mismos nos hace sentirnos en paz, nos permite ver las cosas desde un ángulo más holístico.
Ser consciente te lleva al aprendizaje más grande que hay en la vida, pero también más doloroso. ¿Será que nos conocemos a nosotros mismos o nos autoengañamos creyendo que nos conocemos? Cuando somos conscientes permitimos ser moldeados y nos empezamos a cuestionar sin juzgarnos.
La gran mayoría quizás puede que tengan sus propias respuestas, mientras otros aún siguen perdidos. Me he dado cuenta que siempre intentamos engañar no solo a nuestro entorno sino también a nuestra mente, haciéndonos creer en una falsa psicología barata de ayuda personal fácil, con atajos, sin esfuerzo y desprendimiento del viejo “yo”.
“No es posible despertar a la conciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa, por absurda que sea, para evitar enfrentarse a su propia alma. Nadie se ilumina imaginando figuras de luz, sino por hacer consciente la oscuridad”
-Carl Gustav Jung-
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