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Agresividad Infantil

 

 

 

Los padres suelen educar a sus hijos de manera agresiva porque imitan el modelo de crianza que recibieron de sus propios padres. El problema está en que un niño con comportamiento agresivo no es capaz de identificar:

  • Sus emociones: Los niños agresivos suelen tener dificultades para identificar y expresar sus emociones de manera adecuada. Pueden sentirse enojados, frustrados o ansiosos, pero no saben cómo manejar estos sentimientos de manera saludable.
  • Las consecuencias de sus acciones: Los niños agresivos no siempre comprenden que sus acciones pueden lastimar a los demás. Pueden pensar que está bien pegar, gritar.
  • Los límites: Los niños agresivos necesitan límites claros y consistentes. Cuando los padres no establecen límites claros, los niños pueden sentirse confundidos y frustrados. o insultar a los demás, porque es lo que han visto a sus padres hacer.
  • Los límites: Los niños agresivos necesitan límites claros y consistentes. Cuando los padres no establecen límites claros, los niños pueden sentirse confundidos y frustrados.

Los trastornos de comportamiento destructivo: Son un grupo de trastornos que se caracterizan por un patrón de comportamiento repetitivo y persistente que viola los derechos básicos de los demás, las normas o reglas sociales propias de la edad, o que tiene el potencial de hacerlo. Estos trastornos pueden causar problemas significativos en la vida del niño, interfiriendo con su rendimiento escolar, sus relaciones familiares y con sus compañeros.

Los TDC son trastornos que se caracterizan por comportamientos agresivos, destructivos o desafiantes que violan los derechos de los demás. Pueden causar problemas en la escuela, en la familia y con los amigos.

Síntomas de niños agresivos

Los niños agresivos suelen mostrar comportamientos que pueden causar daño a los demás, a uno mismo o a la propiedad. Estos comportamientos pueden ser de naturaleza física, verbal, emocional o relacional.

Algunos de los síntomas más comunes de niños agresivos incluyen:

  • Agresión física: golpear, patear, empujar, morder, abofetear, tirar del pelo, etc.
  • Agresión verbal: gritar, insultar, burlarse, amenazar, etc.
  • Agresión emocional: intimidar, chantajear, manipular, etc.
  • Agresión relacional: excluir, aislar, difundir rumores, etc.

Otros síntomas que pueden indicar agresividad en los niños incluyen:

  • Falta de control de la ira: los niños agresivos suelen tener dificultades para controlar su ira, lo que puede llevar a explosiones de rabia.
  • Dificultades para seguir las reglas: los niños agresivos suelen tener dificultades para seguir las reglas y cumplir con las expectativas de los adultos.
  • Problemas de atención: los niños agresivos suelen tener dificultades para concentrarse y seguir