¿Por qué no me funcionan las terapias?
Los conflictos entre el paciente y el psicólogo son comunes en la psicoterapia. Pueden surgir por una variedad de razones, como diferencias en las expectativas, estilos de comunicación o valores. Por ejemplo, el paciente puede esperar que el psicólogo le proporcione consejos o soluciones rápidas, mientras que el psicólogo puede centrarse en ayudar al paciente a desarrollar sus propias habilidades para resolver problemas. Además, el paciente puede tener expectativas poco realistas sobre lo que se puede lograr con la terapia, como creer que el psicólogo le va a salvar.
El proceso terapéutico es un proceso lento y lleno de desafíos.
El paciente necesita tiempo para confiar en su psicólogo y desarrollar una relación de trabajo. Es importante que el paciente sea abierto y honesto con su psicólogo, y que esté dispuesto a trabajar duro. Si el paciente tiene dificultades para lidiar con los desafíos de la terapia, puede ser útil hablar con un amigo, familiar o terapeuta de confianza.
Algunos de los conflictos más comunes incluyen:
- Diferencias en las expectativas: El paciente y el psicólogo pueden tener diferentes expectativas sobre lo que se logrará con la psicoterapia. Por ejemplo, el paciente puede esperar que el psicólogo le proporcione consejos o soluciones rápidas, mientras que el psicólogo puede centrarse en ayudar al paciente a desarrollar sus propias habilidades para resolver problemas.
- Estilos de comunicación diferentes: El paciente y el psicólogo pueden tener diferentes estilos de comunicación, lo que puede dificultar la comunicación efectiva. Por ejemplo, el paciente puede ser más expresivo y emocional, mientras que el psicólogo puede ser más reservado y lógico.
- Valores diferentes: El paciente y el psicólogo pueden tener diferentes valores, lo que puede provocar desacuerdos. Por ejemplo, el paciente puede creer que el aborto es incorrecto, mientras que el psicólogo puede creer que es una elección personal.
Si el paciente experimenta un conflicto con su psicólogo, es importante que lo comunique. El psicólogo debe estar dispuesto a escuchar las preocupaciones del paciente y trabajar juntos para encontrar una solución. Si el conflicto no se puede resolver, el paciente puede optar por cambiar de psicólogo.
A continuación, se presentan algunos consejos para abordar los conflictos con el psicólogo:
- Sea específico sobre el problema: Concéntrese en el comportamiento específico del psicólogo que le molesta, en lugar de hacer generalizaciones sobre su personalidad o habilidades.
- Exprese sus sentimientos: Sea honesto acerca de cómo se siente con respecto al comportamiento del psicólogo.
- Sea abierto a escuchar la perspectiva del psicólogo: Intente comprender por qué el psicólogo se comporta de la manera en que lo hace.
- Esté dispuesto a llegar a un compromiso: Trate de encontrar una solución que funcione para ambos.
Cuando la terapia elegida no es la adecuada
Cada persona es única y tiene necesidades particulares en cuanto a la salud mental. Lo que les funciona a muchas personas puede no funcionarnos a nosotros. Es posible que, por diversas razones, no hayamos podido dar con la terapia más adecuada en un primer momento. Sin embargo, existen muchas alternativas de tratamiento para abordar los diferentes trastornos psicológicos o dificultades emocionales que estemos atravesando.
Algunas de las alternativas de tratamiento incluyen:
- Terapia psicológica: La terapia psicológica es un tipo de tratamiento que implica hablar con un terapeuta sobre tus pensamientos, sentimientos y experiencias. La terapia puede ayudarte a entender mejor tus problemas, desarrollar mecanismos de afrontamiento y mejorar tu salud mental.
- Medicamentos: Los medicamentos pueden ser útiles para tratar algunos problemas de salud mental, como la depresión, la ansiedad y la esquizofrenia. Sin embargo, los medicamentos no son una cura mágica y deben usarse en combinación con otros tratamientos, como la terapia psicológica.
- Otros tratamientos: Existen otros tratamientos para la salud mental, como la acupuntura, la meditación y el yoga. Estos tratamientos pueden ayudar a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y aumentar el bienestar general.