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El amor agresivo

Me he dado cuenta de que algunas personas  creen que el amor es agresivo, este amor  violento  que muchas veces confunde cuidado con  posesión,  la persona que  no comprende  cuál son las etapas de una pareja puede llegar a  destrozar la relación por completo con este amor agresivo.

Tenemos en cuenta que toda pareja quiere ser cuidada, respetada, escuchada,  pero cuando si pierde el respecto el amor  empieza enfriar, amar  una persona pasiva agresiva es un dilema, porque ella siempre  será la victima de todo, causando así  una forma de manipulación entre el entorno.

Me he dado cuenta que  hay unas cuantas personas que humillan  sus parejas y creen que están cuidando,  el amor puede soportar todo pero no a la agresividad verbal , cuando no hay respeto mutuo esto significa que algo está fallando. Una persona pasivo-agresiva es aquella que cuando no le gusta lo que le dices, lo que haces o cómo la tratas, toma represalias contra ti. No es asertiva. La venganza puede ser variada: te ignora cuando le hablas y/o se aleja de tu lado de forma precipitada, no te contesta cuando le mandas mensajes por WhatsApp u otro medio. Si le haces ver que ha tardado en contestarte te puede mentir diciendo que no lo había visto, no tenía cobertura, estaba a tope de trabajo… (¡Ojo! No confundamos a una persona que tarda en contestar un mensaje virtual, si no es urgente ni importante, con una persona que lo hace para molestarnos). Otra forma de venganza es contestar (en seguida o después de un continuado silencio) haciéndote comentarios fuera de lugar o hirientes (incluso con iconos o memes si es por Internet) que no contestan directamente al tema de la conversación, también puede cambiar de opinión sobre planes comunes diciendo que no estaban claros, que no se sentía totalmente incluida en ellos, que quizá no sean pertinentes, etc. Si la persona es impulsiva, la venganza es inmediata.

Se  instala en el negativismo respecto a la relación común, haciéndote responsable, aunque solo sea con expresiones vagas. En algunos casos, si consigues profundizar en ello porque lo necesitas, terminará haciéndote totalmente culpable de la crisis, aludiendo al hecho previo que le molestó, que magnifica en extremo, y de paso a ofensas anteriores que tiene acumuladas en su corazón. Normalmente lo hará tirando del historial de ofensas que justifiquen su forma de actuar. La persona pasivo-agresiva se concibe a sí misma sobre todo como víctima.

¡Ojo! Tirar de historial de ofensas lo hacemos todos y a veces es bueno, sirve para poner límite a personas cercanas que están abusando de nuestra confianza, cariño, dedicación, etc. Lo que distingue a una persona pasivo-agresiva, de otra que no lo es, es que se ofende por muy poco, o por algo que no es en sí una ofensa, si no que es algo que le hace sentir insegura en su relación contigo o que hiere su orgullo. Normalmente son personas con mucho orgullo y problemas de autoestima, que se ven fácilmente cuestionadas, poco queridas, o poco valoradas en las relaciones personales más cercanas. Tampoco les gusta sentir que sus decisiones tienen que ver con tus opiniones, consejos, peticiones, a la mínima lo toman como si les intentaras utilizar, manipular, lo interpretan como si quisieras imponerles tu criterio, podríamos decir que son personas refractarios a la autoridad, incluso la que no es tal; consejo de pareja, petición no abusiva respecto a algo que necesitas o te afecta personalmente, recordatorio de algo que habéis acordado… (esa hipersensibilidad a la autoridad les hace muy difícil tener trabajos donde tengan jefes). Solo prestan atención a su malestar y no reconocen el daño que hacen con su actitud. Suelen ser personas dependientes en las relaciones de pareja, necesitan sentirse cuidadas, tenidas en cuenta constantemente (aunque lo nieguen), al tiempo que piden que se les respete su espacio, libertad, etc. En nombre de esa necesidad de espacio, libertad, suelen castigar con sus comentarios, silencios o ausencias cuando sienten que no son valoradas o correspondidas como creen merecer.

Son un cúmulo de contradicciones andante. En ese difícil equilibrio entre su necesidad de reconocimiento y dedicación y su reclamación de autonomía, la pareja de una persona pasivo-agresiva no termina de saber cómo actuar para no dañar su orgullo, y no comenzar una nueva “guerra fría”. No se puede hablar del problema con estas personas pasivo-agresivas en pleno momento de crisis, hay que intentarlo en otro momento y lo mejor sería no tomar sus agresiones como algo personal, su malestar refleja sobre todo su sufrimiento. Son personas que sufren y hacen sufrir a quien más quieren y les quieren porque tienen muy desajustado el apego afectivo. En algunos casos, pueden pedirte que la relación termine, que te alejes de ellas, decirte que ya no sienten lo mismo, y a los pocos minutos (o al día siguiente) decirte que no pueden vivir sin ti, que te necesitan si creen que van a perderte definitivamente. Su estilo amoroso con frecuencia oscila entre el amor y la rabia, detrás suele haber miedo al abandono, orgullo herido (no se sienten valoradas), resentimiento, necesidad de control del otro, sentir que dominan la situación, que no están siendo utilizadas. Cuando no consiguen lo que quieren y de la manera que quieren, su frustración se convierte en ira y está en castigo (venganza), pues ante todo se consideran víctimas de unas parejas que no les valoran, ni les entienden, ni les corresponden de la manera que necesitan y merecen. La culpa siempre está en el otro, aunque solo sea porque sienten que tienen una vida difícil y su pareja no lo sabe calibrar.

Son personas que no se plantean que su forma de comunicar no es asertiva (suelen ser ambiguas, retorcidas, manipuladoras) y por tanto es difícil entenderlas, tampoco se plantean lo difícil que es lidiar con su ambigüedad, sus deseos no explicitados, sus constantes vaivenes emocionales, y sobre todo con el daño que hacen cuando les domina la ira (mejor o peor camuflada), de la que casi nunca se sienten culpables. Son personas a las que les cuesta pedir perdón porque se perciben como víctimas, justificando su forma de reaccionar en el trato vejatorio o inadecuado de la pareja (que solo está en su imaginación o lo han magnificado). Por ello, cuando están en conflicto personal, su empatía es casi nula, y si piden perdón es porque piensan que se han puesto demasiado en evidencia o se sienten en peligro, no porque en su foro interno sean conscientes del grado de dolor que producen. Tienen una visión muy desconfiada de la pareja, siempre dudan de su amor, de su entrega, y pueden creer que ésta alberga intenciones ocultas.

Al final vivir con una persona así cerca es muy estresante, por mucho que haya amor por las dos partes, y que la persona que lo sufre intente no tomarse como personal sus agresiones. Suele ser un intento vano, después de bastantes experiencias la persona que lo sufre no deja de estar resentida, no deja de saber que debe estar alerta si no quiere destapar la caja de los truenos. Ante ello, es difícil mantener la calma y no ser pasto de la ansiedad y/o de la tristeza, debido a la decepción profunda que experimenta con frecuencia con la persona que dice amarlo, como en muchas ocasiones ha podido comprobar (la persona pasivo-agresiva no suele ser embaucadora).