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El amor no es ciego

Pero… la atracción, sí.

Hay un dicho popular que dice que el amor es ciego, pero creo que el amor no es ciego y sí la atracción, pues cuando nos en­caprichamos sexualmente por alguien nos quedamos ciegos por completo y no somos capaces de distinguir entre razón y emo­ción. No podemos confundir el capricho con amor. El amor necesita tiempo, perseverancia y paciencia, ya la atracción es algo que pasa.

Una vez una persona me dijo que el amor se agota con el tiem­po y lo único que le dije fue que nosotros somos los que cam­biamos, nos cansamos, nos rendimos, pero el amor será siempre amor, el amor no cambia, el amor es constante, nosotros sí que somos inconstantes y después culpamos al amor por nuestros fra­casos emocionales.

A este respecto, algunos conceptos erróneos:

– Mi pareja ya no me quiere como antes.

– Cierto que la relación está monótona.

– Nunca me da la atención debida.

– Prefiere estar con sus amigos que conmigo.

– Ya no hacemos planes.

– Ya no le veo con la misma mirada de antes.

Todo lo que he citado hasta ahora no tiene nada que ver con el amor. Cuando no hay respeto ni confianza, distanciamiento, infi­delidad, hace que la pasión que antes sentíamos se enfríe, ya que la pasión sí puede cambiar y agotarse, pero el amor sigue siendo amor. Cuando hay amor hay cuidado y atención, sin necesidad de controlar y manipular.

Pero me preguntarás: ¿el amor se acaba? El amor maduro, prefiero llamarlo así, es algo que “se cocina a fuego lento”, sin necesidad de prisas, sin miedo a perder. Al prin­cipio estamos enamorados, encaprichados y esto no es amor. Lleva muchos años hasta poder salir del enamoramiento y se necesita convivencia para poder ir conociendo como es tu pareja, ya que verla unas cuantas veces no significa que la conoces de verdad.

La mayoría de las personas que mantiene una relación a distancia es porque tiene miedo a convivir y arriesgarse, a perder su libertad. En verdad no saben lo que es amar, porque el amor jamás te pri­vará de ser quién eres, apenas te enseñará a no ser más como eras.

Cuando estás en pareja tienes que cambiar el estilo de vida que quizás tenías cuando eras soltero, pero también puedes llegar a un acuerdo en que los dos juntos pueden probar compartiendo aficiones. El error de que “necesito estar pendiente de mi pareja todo el rato” hace que seas dependiente emocionalmente ya que reflejará una relación tanto maternal como paternal y ya sabemos que no hacemos sexo con nuestros padres.

No se puede tener una relación de pareja con vínculos destruc­tivos, buscando una figura familiar, los dos deben tener su propio espacio sin tener la sensación de esclavitud.

Es como decir: estoy contigo porque te quiero y no porque ne­cesito. La única necesidad que tengo es comer, dormir, entonces no confundas el amor con necesidad. Hay una diferencia entre tener miedo a estar solo y creer que necesito a alguien que no me haga sentirme solo. Si busco a alguien según la necesidad emo­cional que creo tener, entonces me voy a decepcionar y aceptar cualquier cosa en mi vida.

@todos los derechos Reservados: Robson Marins, escritor, bloguero, pensador, estudiante de psicología, amante de la literatura.