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El efecto esponja

El círculo vicioso de absorber Los problemas de los demás

Qué sería del mundo sin las personas empáticas. El problema está en que muchas veces estas personas son las que más sufren, cuando asumen toda la responsabilidad de los demás, no les gusta ver a nadie sufriendo, sin comprender que el dolor muchas veces es un proceso de la vida.

Ojalá pudiéramos todos tener una vida perfecta, sin embargo la realidad es otra. Está bien ayudar a los demás, pero cuando nos sentimos obligados a ayudarlas, la obligación causa ansiedad, estrés, cansancio mental, etc.

“Selectividad empática”

 Poco a poco estoy aprendiendo que no puedo interrumpir el proceso de responsabilidad de los demás, mi sueño de adolescente era ser psicólogo porque deseaba resolver los problemas de los demás, pero comprendí que no era tampoco capaz de resolver los míos, aprendí según las creencias que me habían enseñado que lo primero debería siempre pensar en los demás y que era egoísmo pensar en mí, el problema es que ahora me doy cuenta de cuál es la diferencia de «ego» y “yo” (conciencia).

Independientemente del estado emocional de los demás, debemos aprender que lo que hemos de hacer es escuchar, dar la opinión, pero no hacerse cargo de los problemas de otros. En todo proceso terapéutico el psicólogo solo orienta y es el paciente quien decide si quiere avanzar o no.

No te puedes sentir responsable por lo que el otro siente, piensa o haga.

Hace mucho tuve una amistad de la que tuve que alejarme. Hablar con él era como pisar cáscaras de huevos, todo le ofendía, solo quería escuchar cosas bonitas, perdía demasiado tiempo aconsejándole cuando tenía sus estados de crisis que no servían para nada, hasta que me fui dando cuenta de que él no buscaba ningún cambio, solo captar la atención, pero aquella atención me estaba pasando factura, me sentía cansado, con mucha ansiedad porque no sabía muchas veces como ayudarlo, hasta que aprendí a no responsabilizarme más con los problemas de los demás, porque cuando me toca a mí resolver los míos casi nadie escucha.

Empatía

 ¿Es posible ser fuerte emocionalmente?

El primer paso para ser fuerte emocionalmente es aprender a gestionar nuestras propias emociones, el segundo es acompañar y no asumir la responsabilidad de la otra persona frente a sus problemas.

@todos los derechos reservados: Robson Marins escritor autor de cinco libros, bloguero, pensador, estudiante de educación social, amante de la literatura