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Jamás sangres en un río

donde hay pirañas

En la vida, todos llegamos a ese momento en el que necesitamos soltar lo que llevamos dentro. Es algo natural querer compartir nuestras preocupaciones y aligerar el peso emocional, pero hay que tener cuidado. La metáfora de «Jamás sangres en río donde hay pirañas» cobra aún más sentido cuando pensamos en cómo a veces contamos nuestras cosas a cualquiera sin pensar.

El deseo de desahogarnos puede meternos en problemas. No todos a quienes les contamos nuestros problemas están realmente interesados en ayudarnos. Algunos solo buscan información para después usarla en nuestra contra, convirtiéndose en pirañas emocionales que se alimentan de nuestras debilidades. En mis momentos de necesidad de desahogarme, fui presa fácil de personas que utilizaban mi momento de debilidad para saber lo que me estaba pasando y después utilizarlo en mi contra.

Tuve que aprender a no confiarme de nadie más, comprendí que la mayoría utilizaba sus problemas como una forma de manipulación psicológica, intentando conectarme a sus sufrimientos y buscando empatía por ellos cuando en realidad estaban creando una trampa.

Es importante darse cuenta de que no todos tienen la capacidad de entendernos o de ofrecer el apoyo que necesitamos. Pensar que contar todo es siempre liberador puede resultar peligroso. Las personas que no han vivido lo que estamos viviendo quizás no tengan las herramientas necesarias para ayudarnos, y nuestras palabras pueden ser malinterpretadas.

Así que, la próxima vez que sientas la necesidad de soltar algo, recuerda elegir a quién confiarle tus pensamientos. No todos merecen conocer tus luchas internas. La calidad de la conexión y la empatía son clave al decidir con quién compartir nuestras preocupaciones.

Esta reflexión nos invita a ser conscientes de que, a veces, lo mejor es seleccionar cuidadosamente a quiénes les contamos nuestras cosas. No se trata de ocultar nuestras emociones, sino de ser selectivos para garantizar un intercambio auténtico y positivo, ya que tus fragilidades pueden ser utilizadas como motor de chismorreo.