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La sombra de la fe

Un análisis de la violencia religiosa a través de la historia.

La violencia religiosa ha cobrado un precio devastador en vidas humanas a lo largo de los siglos, y por más que algunos no acepten han muerto más personas en nombre de “Dios” que, del propio diablo, pasando por los conflictos contemporáneos alimentados por el fundamentalismo y la radicalización, la historia está plagada de ejemplos de personas que han sido asesinadas en nombre de Dios o de una interpretación particular de la fe.

Las Cruzadas, por ejemplo, provocaron la muerte de innumerables personas en Europa, Asia Menor y Tierra Santa durante varios siglos. Las guerras religiosas que asolaron Europa durante la Reforma Protestante también dejaron un saldo de muerte y destrucción significativo.

En tiempos más recientes, eventos como el genocidio en Ruanda, donde las divisiones étnicas y religiosas jugaron un papel crucial, o los ataques terroristas perpetrados en nombre del islam radical, como los del 11 de septiembre de 2001, han cobrado un precio terrible en vidas humanas.

Es sorprendente pensar que cerca de 2,82 millones de personas son mencionadas como víctimas del nombre de Dios en los textos sagrados, y esto solo en las citas literales. Esto nos lleva a reflexionar sobre cómo se ha narrado la violencia en las escrituras y cómo estas historias han influido en las creencias y acciones de las personas a lo largo del tiempo.

¿Pero a dónde quiero llegar? ¿Te has dado cuenta de que, por más que algunos religiosos intenten culpar al «diablo» por los males de los hombres, la única referencia que encontramos hasta ahora es que nadie realmente ha muerto por el diablo, sino por el propio nombre de Dios?

¿Cuántos homosexuales han sido muertos porque, según algunas personas, cada «gay» muerto es un favor que están haciendo a la sociedad y a su Dios? El título del concurso de asesinos en serie podría tener un ganador sorprendente: Dios. Considerando los relatos bíblicos que hablan de la destrucción de la humanidad «sobre la faz de la Tierra», el número de víctimas podría superar a cualquier otro asesino conocido, incluyendo a figuras históricas como Hitler, Stalin, Pol Pot o Genghis Khan. Aunque tal vez no en términos absolutos, el porcentaje de víctimas sería impactante. Es una perspectiva que despierta preguntas sobre la interpretación de las escrituras y el concepto de justicia divina.

Esta misma fe que hoy excluye a los homosexuales porque, según ellos, es un pecado de abominación y un desorden cerebral, ignora que todos somos libres para elegir la religión que nos dé la gana. El único problema es que no podemos permitir que vidas sean aniquiladas en nombre de un dios que, según ellos, les ha revocado el poder para aniquilar a cualquiera que no se ajuste a sus estándares. Es fundamental recordar que la diversidad de creencias y la libertad individual deben ir de la mano con el respeto y la dignidad de todas las personas, independientemente de su orientación sexual, género o cualquier otra característica.

Biografía del Autor

Formación Académica

  • Grado en Educación Social (UOC – Universidad Oberta de Catalunya)
  • Licenciatura en Filosofía (Faculdade Única)
  • Licenciatura en Educación Especial (Faculdade Única)
  • Tecnólogo en Marketing (Faculdade Única)