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Traición en la consulta

Mi experiencia con un «profesional» de la salud mental

«Durante mi divorcio pasé por un momento muy difícil de mi vida en el que estuve buscando ayuda profesional. El problema estaba en que la persona en quien confiaba como profesional, y con quien había realizado visitas durante más de 10 años, pasó a tratarme de manera poco ética. Empecé a darme cuenta de que todo lo que contaba, se lo decía a las chicas de la recepción. Y no solo esto, cada vez que llegaba, empezaba a hablar con las chicas sobre mí.

El problema es que yo escuchaba todo esto y me quedaba callado, porque creía que me estaban ayudando, cuando en realidad lo único que hacían era escuchar todo con morbo, y yo salía de allí con los mismos problemas y tenía que buscar la solución solo. Había comentarios que sobraban y yo me quedaba callado escuchando, soltando una sonrisa, pero por dentro estaba destrozado. Cada vez que llegaba, él empezaba a decir a las chicas:

  • Mira cómo va vestido y después dice que necesita ayuda.
  • Mira el teléfono que tiene, con certeza es mejor que el mío.

Y más cosas que no me gustaria comentarlo aqui.

No les preocupaba realmente lo que me pasaba, me daba la impresión de que lo único que les interesaba era saber qué me había pasado hoy, y poder comentarlo entre los demás. Tuve que aprender a gestionar todos mis traumas y dolores solo, tuve que reeducar mis demonios internos, mis traumas de infancia. Porque cada vez que llegaba a la consulta, preguntando algo, como por qué tenía tantas pesadillas, sudoración nocturna, o por qué a veces despertaba gritando, la única respuesta era: «No lo sé, porque no soy médico».

Creo que la peor decepción es cuando confías en alguien que crees que le importa, y la realidad es que este tipo de persona lo único que buscaba era hacerte el payaso de circo. Cada vez que salía de allí me sentía peor, era como si lo único que yo hacía era hablar y hablar, y nada se resolvía, porque mis problemas realmente estaban afuera.

Muchas veces me hacían sentir que yo estaba molestando, hasta que me cansé y tuve que pensar que si no lucho por mí mismo, nadie más lo hará. Estaba solo y creía que tendría todo el apoyo necesario y ayuda de ellos, pero me equivoqué. Me sentí lanzado al aire, con el único deseo de volver a rehacerme. Muchas veces había perdido la esperanza en la psicología, pero me di cuenta de que es lo que me gusta y que no todos son iguales. La verdad es que tengo muchos malos recuerdos, que ellos mismos no reconocen, y lo único que dicen es: ‘¿Cuántas visitas has faltado?’ ¿Y soy sincero para qué? Al que asistía a todas las visitas, lo único que servía era para dar información sobre el tipo de desgracia que estaba pasando y nada cambiaría.

Tuve que superar solo todos mis traumas. En mis intensos duelos y en innumerables tentativas de suicidio, yo solo logré salir del peor infierno por mí mismo, ya que el lugar que creía que sería mi centro de apoyo siempre me negaba cualquier ayuda.

Mi peor experiencia me hizo fuerte. No todo centro de salud mental es incompetente, pero necesitamos comprender que hay ciertos tipos de personas que se creen profesionales de la salud mental, cuando el lugar donde deberían estar es en ‘Sálvame’ (un programa de cotilleo).

Comparte mi historia para que la luz venza a la oscuridad:

Si has vivido una experiencia similar, no dudes en alzar tu voz. Juntos podemos crear un entorno donde la ética y la empatía sean los pilares fundamentales de la salud mental. ¡No permitamos que los charlatanes conviertan nuestras vulnerabilidades en un circo!