La soledad nos enseña a dar valor a las personas.
Nadie quiere en esta vida estar solo, somos seres humanos y necesitamos socializar con las personas, no se puede vivir toda una vida aislada, porque hasta los monjes que están clausurados tienen diálogo con otros monjes, entonces el concepto de soledad podría ser una sensación.
Cuando preguntas a alguien por qué prefiere estar solo te va a contestar que se siente mejor sin que nadie le controle, sin tener que dar satisfacción de lo que hace en su día a día, como si tener una pareja fuera una carga. Pero si has tenido una pareja y te has sentido como si fueras una carga es que algo ha fallado entre los dos.
El amor no hace a nadie de carga ni tampoco te hace sentir vacío, algunas personas buscan tener pareja para presumir que tienen a alguien a su lado; sin embargo, casi no se conocen y ya están en plan discutiendo por cualquier tontería, citando reglas. Hay los que se quejan de que llevan años solos y que nadie los quiere, pero cuando encuentran pareja al principio es el amor de su vida y al cabo de unos pocos meses ya no lo soporta.
Buscar a alguien para que sea apenas tu compañía, por miedo a estar solo, no es bueno. La verdad es que, aunque estés con alguien la soledad es algo interior tuyo y nadie tiene la culpa.
Mientras no trabajes con tu yo interno, no serás capaz de ser feliz con nadie, porque siempre querrás llenar tu vacío interior con el sexo, con las drogas o con el alcohol o con la mera compañía.
La mayoría de los chicos/as que fueron abandonados en su infancia tienen más probabilidad en la edad adulta de sentirse solos y con miedo a la soledad.
El miedo al abandono les produce un impacto emocional muy grande, no aceptan el abandono y eso los lleva a vivir una relación desgraciada donde se permite cualquier cosa menos separarse.