A veces descanso en mí, vacío
Me doy el permiso de desaparecer
Donde el eco de la nada me encuentra
Y me dejo caer en esa calma,
Lejos de todo lo que me presiona.
Me doy el permiso,
De sumergirme en mi propio abismo,
Y en ese silencio donde no soy nadie
Me encuentro sin pretender existir.
Es un refugio sin ruido ni formas,
Un espacio mío, sin juicio ni prisa,
Donde mis pensamientos flotan libres
Y el tiempo se convierte en un suspiro.
En esa pausa que el mundo no entiende,
Me permito no ser, no estar, solo ir
A donde mis propios límites no me alcanzan
Y en la evasión encuentro un respiro,
Una tregua que al fin me permite sentir y es entonces que vuelvo a existir.
Robson Marins