Cuando Elegimos Quién Merece Nuestra Compasión

La empatía es frecuentemente exaltada como una cualidad esencial para la convivencia humana, pero no siempre se manifiesta de manera justa y equilibrada. Muchas veces, somos empáticos solo con aquellos que se parecen a nosotros, comparten nuestras creencias o forman parte de nuestro círculo cercano. Este fenómeno se conoce como empatía selectiva.
¿Qué es la Empatía Selectiva?
La empatía selectiva ocurre cuando dirigimos nuestra compasión solo hacia ciertas personas o grupos, ignorando o minimizando el sufrimiento de otros. Esto puede suceder por diversos motivos: lazos afectivos, identidad cultural, creencias ideológicas o prejuicios inconscientes. Así, creamos una división emocional donde algunos merecen nuestra empatía y otros no.
Un ejemplo clásico ocurre en conflictos políticos o sociales. Muchas personas sienten una fuerte conexión emocional con las víctimas de su lado, pero son incapaces de sensibilizarse con el sufrimiento del otro lado. Lo mismo sucede en la vida cotidiana: podemos sentir tristeza por el vecino que perdió su empleo, pero ignoramos el sufrimiento de las personas sin hogar que enfrentan desafíos aún más extremos a diario.
Una Experiencia Personal sobre la Empatía Selectiva
Una de las peores experiencias que he tenido, y que me llevó a reflexionar sobre la empatía selectiva, fue con una mujer brasileña casada con un español. Esta mujer comenzó a difamar a su cuñado y, al descubrir algo sobre su marido, decidió compartirlo con todas sus amigas y conocidas.
El problema surgió cuando ella, para no asumir que su sobrina la había traicionado—pues todo este conflicto comenzó porque le pidió a su sobrina que revisara el teléfono de su marido—, decidió desviar la culpa.
Como yo no era parte de la familia, fui acusado de cosas que jamás dije ni hice. Intentaron difamar mi nombre sin piedad con mentiras. Afortunadamente, algunas de sus amigas conocían la verdad. Sin embargo, lo único que decían era que esta mujer tenía fama de ser «boca chancla».
A partir de esta experiencia, aprendí que hay personas tan crueles que se disfrazan de buenas, pero no son capaces de asumir sus propios actos. Lo más fácil para ellas es acusar a los demás y eludir su responsabilidad.
El Peligros de la Empatía Selectiva
La empatía selectiva es perjudicial porque refuerza desigualdades y puede alimentar divisiones sociales. Cuando elegimos quién merece ser tratado con humanidad, creamos una sociedad donde algunos son valorados, mientras que otros son marginados. Este comportamiento también puede hacer que las personas sean más susceptibles a la manipulación emocional, llevándolas a apoyar causas o figuras públicas sin cuestionar el impacto más amplio de sus acciones.
¿Cómo Desarrollar una Empatía Más Amplia?
Superar la empatía selectiva requiere conciencia y esfuerzo. Algunas estrategias incluyen:
Cultivar la empatía universal – Lo ideal es desarrollar una empatía que no dependa de afinidades personales. Esto significa reconocer el sufrimiento de cualquier ser humano como digno de atención y respeto.
Reconocer nuestros sesgos – Todos tenemos una tendencia natural a sentir más empatía por ciertas personas que por otras. Identificar estos patrones es el primer paso para cambiarlos.
Expandir nuestras experiencias – Entrar en contacto con realidades diferentes a la nuestra puede hacernos más comprensivos. Conversar con personas de distintos orígenes, leer historias diversas y consumir medios de comunicación variados son formas de ampliar nuestra perspectiva.
Practicar la escucha activa – En lugar de juzgar rápidamente, debemos escuchar con atención las historias de quienes sufren, tratando de comprender sus sentimientos sin filtros de juicio.