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Amistad

La amistad es uno de los regalos más preciados en esta vida; desde nuestra infancia empieza la gran búsqueda del amigo ideal.

Muchas veces nos decepcionamos, somos traicionados; otras veces tenemos la suerte de encontrar esta persona que hace que cada momento sea inolvidable.

El amor philia nos indica que hay un cambio entre el eros, donde actúa la dedicación, la atención, la inocencia, la pura honestidad y la lealtad. Te puedo decir por experiencia que, cuando hay una philia verdadera, no hay juicio, te aceptan como eres, juntos vuelven a la infancia perdida. Cuando encontré amigos de verdad fue la experiencia más emocionante de mi vida, era tener una segunda familia.

Pasaba noches despierto hablando cosas que jamás diría a un familiar, reíamos de las más estúpidas tonterías. Llorábamos jun- tos por los desamores y hasta nos alegrábamos con las conquistas pasajeras; dormíamos por la mañana reservando la noche para nuestros cuentos y búsqueda de novios.

Me acuerdo de uno de los amigos que me dejó recuerdos, Ale; dormíamos siempre juntitos, abrazados, no había nada sexual, aunque lo llegues a pensar. Una vez, celebrando su cumpleaños en un karaoke, empezamos a cantar (muy desafinados) y después terminamos en la playa, en plena noche, bañándonos. Puedo decir que este amor fraternal lo tuve muy grande con cada amigo que conocí, Cris, Jonás, Luciana, Nildo, hasta con los que ya murieron.

La amistad no significa que la persona es perfecta; solo demuestra que encajáis: «independientemente de cómo eres, te acepto». No hay, a veces, esta idealización. Me acuerdo de que cuando conocí a mi primer amigo, al principio le odiaba. Él hacía algo que no me gustaba para nada, tenía un tic que me molestaba, pero siempre estábamos juntos, hasta que lo que tanto me molestaba en él se hizo indiferente en mi vida.

Admiración

Hay una diferencia entre admirar e idolatrar. Cuando idolatrar a una persona, poniéndola como el centro del universo y de tu vida, tienes el riesgo de decepcionarte. La admiración mutua y respetuosa es que veo en ti cosas que se complementan en mí y también pueden ayudar al otro. Tu experiencia me nutre y la mía beneficiará en ayudarte también; nadie es mejor que nadie.

Caminar juntos

No camines detrás de mí, puedo no guiarte. No andes delante de mí, puedo no seguirte. Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo.

Albert Camus

Entonces te das cuenta de que ya no son dos personas, sino una; comparten distintas ideas y gustos, hasta puede llegar el momento de enfadarse.

Ellos saben después que no pasa de una tontería y que el amor que hay entre ellos es mayor que cualquier discusión o pelea.

Los amores philia no hacen intercambio, no dejan a sus amigos solo porque han conocido una pareja nueva o porque él/ella le pide que los abandone.

Los amigos no deben optar en la relación, de manera alguna, ni envolverse como si fueran ellos los que tienen la palabra exacta para poder ayudar, cuando en el fin del caso lo que acontece es la rotura de la relación.

Mi ex relación aparentaba de tres, todo lo que yo hacía, mi expareja se lo decía por WhatsApp a sus amigos. Sabía que la relación de su amigo no era un buen ejemplo y por esto no me envolvía. Me molestaba mucho, pues después me quedaba escuchando tonterías, decían palabras como sí yo no comprendiera. Hay personas que jamás experimentaron el verdadero amor philia, solo conocen el amor, por atracción, platónico, maternal, enfermizo.

Yo puedo tener intimidad con una persona sin ser sexual; la intimidad nosotros la distinguimos como esta preocupación por su bienestar.

Los años no dicen nada

Hace más de tres años conocí a una chica. Siempre estaba en su casa, dormía, la escuchaba, la conocí por otra amiga en común. Una vez, estábamos dentro del autobús y me reencontré con un amigo de juventud; algo inexplicable, me invitó a su cumpleaños. No sé cómo, ella supuso que él era gay, pero en el momento no dijo nada. Ya llegando a casa de mi amiga dijo que yo estaba hablando con un chico que era gay y que pensaba ir a su cumpleaños.

Me quedé como paralizado; independientemente de lo que ella pensaba, era mi amigo, y entonces yo dije: «pensé que tú eras mi amiga».

Ella me contestó de forma muy fría: «jamás he sido tu amiga, solo te trataba bien porque fulana (nuestra amiga en común) es nuestra amiga». Entonces me di cuenta de que los años no dicen nada si la otra persona jamás fue tu amigo.

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